viernes, 18 de febrero de 2011

Nº 26: EN EL INTERIOR DE LA MINA DEL CERRO RICO…



Hoy ya he podido disfrutar tranquilamente de Potosí. Ayer llegamos muy tarde y no pudimos ver casi nada. Como me imaginaba, es una ciudad completamente española, llena de iglesias, conventos, torres, e incluso catedral. Está claro que aquí los españoles pasaron “algunos” años explotando la mina que hay dentro del cerro rico, la montaña que está justo detrás de la ciudad y que es el motor económico y el corazón de esta ciudad. Ahora por la noche, incluso hay farolas de colores en la montaña que te permiten intuir su forma piramidal.



Desde luego que es el alma de la ciudad, no solo porque los españoles fundaron potosí cuando descubrieron los yacimientos de plata que albergaba el cerro, si no que es allí donde los indígenas dejaron su vida y donde ahora los bolivianos siguen jugándosela para poder vivir. Demás es la “Pachamama”, la diosa tierra.
Desde luego no es fácil presentarse en general a la gente de aquí como español. De entrada lo primero que te llaman es “conquistador” y después de un par de bromas acerca de mí supuesta categoría de “conquistador”, hay que ganarse su confianza y la verdad es que cuesta más que al resto de las nacionalidades, pero al final la consigues, y son una gente increíblemente agradable, hospitalaria y sencilla. Incluso algunos me reconocen que iban con España en el mundial. Pero es verdad que ser español aquí es completamente diferente a serlo en cualquier otro país, esa es la impresión que me llevo de estos 5 primeros días en Bolivia.



Lo entiendo perfectamente, en esa montaña que hay detrás de Potosí, y que tengo ahora en frente de mi, se calcula que murieron cerca de 8 millones de indígenas en los años en que los españoles estuvieron aquí y les obligaron a trabajar dentro de la mina, su diosa, en condiciones infrahumanas… 8 millones de indígenas.
Se dice que con la plata que sacaron de aquí los españoles se podría construir un puente de ida entre España y Potosí, y otro de vuelta con los restos de los muertos indígenas en la mina…
Hoy hemos contratado en el Hostel una visita a la mina del cerro rico. Actualmente la explotan 15.000 mineros organizados en cooperativas. Cada cooperativa explota una mina del cerro, y desde luego es una forma muy curiosa de explotación minera. El gobierno se desentiende y son los propios mineros los que se autogestionan y se sufragan todos los gastos.
Ha sido una experiencia INOLVIDABLE. No sólo ha sido una experiencia “espeleóloga” si no que además esta mina y sus mineros son muy especiales. Lo primero que hacen antes de ir a la mina es ir a comprar el material necesario para su faena, a saber; martillo, dinamita, casco…etc, pero (según nos ha comentado el guía Juan, o también llamado Chisca) lo MAS importante es LA COCA. Es lo que les permite estar en la mina más de 10 horas seguidas ( a veces casi 24 horas…) trabajando sin parar. La hoja de coca les quita el hambre, les despierta, les quita el frio y por su puesto les da más fuerza. Hay que tener en cuenta que aquí los mineros trabajan a más de 4.000 metros de altura… Todos toman hoja de coca, todos. Acumulan las hojas en forma de “bolo” en uno de los carrillos y la tienen ahí macerando durante una hora y media con su propia saliva. A eso se le llama Pijchar, y les da fuerza para las siguientes 6 horas. Las hojas las llevan en una bolsa que siempre es de color verde y se la van metiendo hoja a hoja en la boca como si comieran pipas. Al final el bolo que se le hace en el carrillo es enorme y la boca se les queda de un color verdoso oscuro… y a muchos les faltan muchos los dientes.



La visita a una de las cooperativas no es un tour más, se trata de vivir una experiencia lo más parecida a lo que viven los mineros en el interior de la mina, y la verdad es que no está exenta de peligros. Te dan ropa, un casco, un frontal, botas, una especie de mochila y para adentro. Pero eso sí, antes de meterte hay que hacer los rituales que hacen ellos. Hemos pasado por la calle más famosa para los mineros, la que anteriormente he comentado, donde los 15.000 mineros pasan a diario a comprar su material. Se trata de la calle “Hernández”, hemos comprado de todo, dinamita, cervezas ¿?, zumos, cables… y como no, unas cuantas bolsas verdes de hojas de coca. Todos hemos probado la coca. Ellos la mezclan bebiendo un tapón de puro alcohol al 96%... es una ofrenda para la Pachamama y para “El tio” de la mina. “Conquistador, tu que? No pruebas?” ( me dice el guía) “Si hombre si, trae pa acá”…. Vaya tela con el alcohol de romero… y eso que sólo es un tapón…
Total, que me ha impresionado entrar en la mina, compartir 3 horas allí adentro con los mineros y ver las condiciones en las que trabajan. Este es un pequeño resumen de lo que me ha impactado:



-Atravesar las galerías principales con un frio horrible al principio y un calor sofocante al final, donde están perforando con los martillos percutores. Hacía tanto calor y tanto polvo en lo más profundo que había que quitarse la camiseta y ponérsela en la cara. (menuda medida de seguridad para la silicosis…)
-Oír como el aire a presión sale con un silbido ensordecedor de alguna llave mal cerrada o de algún escape de las tuberías de las galerías principales… al principio pasabas a toda leche por a lado, después de las 3 horas, estabas acostumbrado.
-Para llegar a la cabeza de la mina, había que meterse por unos recovecos bastante estrechos, arrastrarse entre piedras dentro de estrechos pasadizos. Marie y el francés Bob lo pasaron bastante mal y tuvieron que salir de la zona de explosión antes de tiempo. Allí trabajan con el martillo percusor y los mineros están completamente llenos de polvo, vimos a dos en plena faena, completamente grises. Y el calor, la cantidad de polvo, el ruido del martillo y el minúsculo sitio en el que te encuentras en el interior de una gran montaña, hace que desde sientas algo de angustia y a la vez mucha emoción.



-Preparar una explosión con 9 detonaciones y escucharlas y contarlas… yo al principio pensaba que nuestras detonaciones ya habían pasado, pero que va, esas eran las de otros mineros en otras galerías que se oían “aquí al lado”… cuando llegaron nuestras detonaciones… como retumbó todo!!! Que barbaridad!!! y eso que estábamos una galería más allá. Increíble. Todos allí en silencio y contando las detonaciones para saber si alguna no explotaba.
- Compartir las cosas que habíamos comprado para los mineros al final de la visita en una pequeña galería donde toman la coca y hablar con ellos… estuvo genial. Y si, como no, brindaron a 400 metros en el interior de la mina, con cerveza… y alguna botella de alcohol más que tenían por allí... Y a la pregunta a nuestro guía Chisca si había alguna medida de seguridad… “el casco, el frontal y que vengas donde yo te digo y no se te ocurra ir por donde no te digo”…




- Hacer la ofrenda al “Tío” de la mina que hay al entrar en cada una de las minas, (el dios y diablo de la mina) con hojas de coca y el alcohol de romero al 96%... “conquistador otro tapón de alcohol?” que va, ya he tenido suficiente con el de antes, todavía me arde la garganta…
Aquí en Potosí nadie controla la venta de dinamita. En el carnaval hacen explosionarla en la montaña los niños… vamos como los fuegos artificiales en España…
Y qué decir de la coca. Que todos los mineros la mastican constantemente con un gran bolo en su carrillo. También a los conductores de autobuses y taxistas por la noche les ves con el carrillo inflado… y también ves a alguna mujer típica de aquí, con sus ropas, sus faldas de terciopelo, su sombrero y sus largas trenzas tomando coca. Es una tradición, todo el mundo pitxa coca en su carrillo.
Me ha impresionando muchísimo la experiencia, ha sido impactante.

PD1: A mí la coca no me hizo nada, mira que llevaba un buen rato con el bolo en el carrillo, pues nada… Al día siguiente quise subir la montaña de plata, el cerro rico y mis compañeros que al final también se animaron se vinieron conmigo. 4.900 mts. De una montaña completamente diferente… donde te vas haciendo uno idea según vas subiendo de lo importante que es para esta gente esta montaña, con sus cientos de minas abiertas y sus 15.000 mineros adentro…



“No se os olvide la coca para subir” Nos dijo nuestro guía… mis compañeros se pasaron toda la subida mascando coca, y según me decían tampoco sentían nada. Yo ya tuve suficiente ayer, con las galletas que llevábamos y el zumo de naranja para tomar en cumbre fue suficiente.

PD2: Hoy es el cumple de mi sobrino Lucas... Felicidades LUKIIIII!!!!

miércoles, 16 de febrero de 2011

Nº 25: YA ESTOY EN BOLIVIA! ATRAVESÉ LA CORDILLERA EN 4X4.



Ya estoy en Bolivia, ayer por la noche, de madrugada, llegamos a Potosí. Aunque el domingo por la mañana ya cruzamos la frontera nada más salir de San Pedro de Atacama, en el alto del altiplano, donde el sábado la carretera estaba cortada por el hielo y la nieve.
Pues el domingo el día era perfecto, no había ni una nube y tuvimos la gran suerte de disfrutar de las vistas del desierto de Atacama a un lado y al otro el altiplano con los Andes y los volcanes mezclados. El volcán más importante es el Licancabur, y justo a sus faldas, en el alto, está la frontera de Bolivia.



Nada que ver con la Chilena… los trámites de la Boliviana no incluyen filas enormes, perros rastreadores de frutas y hortalizas, ( y de vez en cuando también algo de drogas, digo yo…) esta frontera es una simple caseta con un amable policía en su interior y una foto de Evo Morales colgada en la habitación principal. En solo 1 minuto estás en Bolivia. El domingo fue increíble, y no es por exagerar, pero fue realmente increíble.



Nada más pasar la frontera nos esperaban unos jeeps para iniciar la “travesía” de tres días. Yo iba con la misma gente con la que el sábado no habíamos podido pasar la frontera, así que ya nos conocíamos y después de tres días conviviendo hemos formado un buen grupo, me lo he pasado genial. En mi jeep viajábamos Stefan, (Alemania) Anderson, (Brasil) Bob (Francia) Amanda (EEUU) y Mary (Francia). Nuestro chofer era Iván, un Boliviano muy majete, callado y al principio tímido, y por lo que estoy viendo así deben ser la mayoría de los Bolivianos. En los otros 4x4 iban un grupo e 6 chicas de estudiantes de Agrónomos de Chile (vaya coincidencia). “Las chicas” como las llamábamos, son muy, muy majas, que bien nos lo hemos pasado con ellas. Y en el otro jeep iban una pareja chilena y una inglesas.
Nada más entrar en la Reserva nacional de fauna Andina Eduardo Avaroa visitamos la laguna blanca y la laguna verde, y el paisaje es realmente sobrecogedor. Todo es enorme, rodeado de montañas a lo lejos y volcanes como el Licancabur muy cerca, y todo esto por encima de los 4.500 metros.



Las lagunas deben sus diferentes colores a los minerales que contienen y las algas que las habitan. Algunas son tóxicas y otras no. En estas últimas viven los famosos flamencos de los Andes. Vienen en estas épocas de diversos partes del mundo, y es muy curioso ver como hay algún animal que se adapta a vivir en este inhóspito lugar de la tierra. También puedes ver alguna Vicuña a estas alturas, pero según vas bajando son las llamas las que habitan las tierras.
Después fuimos a otra zona geotérmica para visitar los Geiser de “Sol de la mañana”. Y no tienen nada que ver con los Geiser que conocí en San Pedro de Atacama. La fuerza con la que sale el vapor de agua de los geiseres es increíble, y el fuerte ruido que hace al salir te deja boquiabierto. Por el contrario no expulsan agua, solo vapor de agua, y un olor fétido.



Después fuimos a visitar la laguna colorada, llena de flamencos rosados comiendo las algas que dan ese color a la laguna, además del bórax y el azufre, que tambien contiene.
Allí acabamos el día, dormimos en unas construcciones que hay cerca de la laguna, cenamos todos juntos y disfrutamos de todas las estrellas que se pueden ver a simple vista en el firmamento, realmente ha sido un día completo y para recordar. He visto lugares muy bonitos anteriormente, y puede que éste no sea el más impresionante, pero nunca había visto tantas cosas y tan diversas en menos kilómetros. Los Andes y el altiplano son IMPRESIONANTES.
Por cierto que a mí me tocó dormir sólo con “Las chicas” en la misma habitación, y la verdad es que nunca antes en mi vida había dormido con seis chicas, la verdad es que nos reímos bastante, son unas chavalas encantadoras.
Al día siguiente visitamos el árbol de piedra, unas formaciones rocosas que aparecen de repente en el desierto altiplánico y que sorprenden que estén allí.



Todo el viaje hemos ido viendo unos paisajes preciosos. Siempre rodeados de montanas de color rojizo, lagunas enormes de colores increíbles y con flamencos, de vicuñas “pastando” en los “cuatro” matorrales que hay aquí arriba, de llamas domesticadas pastoreadas por bolivianos que viven a más de 4.000 metros de altura en pueblos con casas construidas en adobe y donde los niños van al cole con su uniforme, y éste, el cole, es la mejor y la última construcción que generalmente tienen los pueblos.
Después de tres días viajando en un jeep y descubriendo lugares inhóspito, llegamos a Uyuni, la primera ciudad de Bolivia, para disfrutar del salar más grande del mundo. En esta época del año, época de lluvias, está completamente encharcado por 15 centímetros de agua, y las fotos que se pueden sacar son preciosas.
A las 4 de la tarde nos despedimos de “Las chicas” y del resto de los compañeros, nos lo hemos pasado genial juntos.
Mientras, Mary, Bob, Stefan, Anderson y yo tomamos un bus para Potosí, donde llegamos ayer a las 12 de la noche. Y después de tomar algo en un Karaoke un poco “regulero”, nos metimos en la cama reventados.



Hoy descubriremos Potosí y visitaremos las minas de plata que en forma de cooperativas siguen en activas en esta ciudad, aunque ahora buscan sobretodo otros otros minerales, pues plata ya no queda mucha. De momento, lo que he visto me recuerda muchísimo inevitablemente a España, la iglesia, la plaza del pueblo, los balcones de las casas… se nota que fueron los españoles los que fundaron esta ciudad. (Y los que también saquearon toda su plata y se fueron dejando tras de sí millones de muertes de los mineros que aquí trabajaron en condiciones infrahumanas y una de las ciudades más pobres del mundo que antaño se consideró la ciudad más rica de Sudamérica... donde hasta el suelo de algunas calles estaban construidas con pura plata…)