martes, 8 de febrero de 2011
Nº 21: ATRAVESANDO EL DESIERTO DE ATACAMA.
Ayer a las 22.30 tomaba el bus para San Pedro de Atacama desde Valparaíso. 23 horas de viaje… menos mal que ya estoy acostumbrado. En un principio dudaba en si merecía la pena tomar un avión aunque me costara el doble que el autobús. En avión en menos de 5 horas estás en San Pedro, pero te pierdes el espectáculo de travesar el desierto en bus.
No tenía ni idea de lo que es Atacama… yo pensaba que le desierto empezaba más al norte y que se extendía hasta la cordillera pero desde la mitad del país. Me explico, Atacama cubre completamente desde la costa del pacífico hasta la cordillera de los Andes, todo el ancho del país! Y desde Copiapó situado a la mitad-norte del país hasta Iquique, muy al norte.
Durante el viaje, he pasado de la quinta región a la segunda, y esta mañana, después de “dormir” a “pierna suelta” en el bus, me despertaba en medio de un paisaje completamente diferente al que dejé hace menos de 8 horas. No había ni un sólo árbol en kilómetros a la redonda a excepción de los altos viñedos que se plantan en esta región para el “pisco”, según me ha comentado una de los acompañantes que he tenido en el viaje. Porque aquí aprovechan a tope el bus, y según unos se van bajando y dejan libre el sitio, otros suben y ocupen su lugar. Los buses siempre van a tope, igual que en Argentina, es el medio de transporte por excelencia.
Pues uno de mis acompañantes ha sido una mujer que me ha comentado que ha habido un temblor de tierra esta mañana en Copiapó, justo antes que llegara yo allí en el bus. Yo, la verdad, no he sentido nada, pero parece que todo el mundo ha evacuado la estación en menos de 1 min… según me comentan, después del último terremoto, la gente está muy nerviosa con el tema de los terremotos. Esta mujer trabajaba como cocinera en una de las miles de minas que hay en esta región, la más rica del país justamente por ese motivo. Dani, otro de los compañeros de viaje, me ha acompañado entre Taltal y Antofagasta y es jefe de una planta de extracción de metales.
También había trabajado en minas desde joven. Aquí todo el mundo trabaja en algo relacionado con el motor de la economía de Chilena (además de la agricultura) la explotación minera, y las más importantes son las de Cobre. Ahora entiendo porque mi amigo José Luis, ingeniero de Minas, estuvo a punto de venir aquí a trabajar hace algunos años.
Me ha impresionado de verdad el desierto. En mi vida me había visto “encerrado” entre tanta arena, roca y rodeado de pequeñas montañas y colinas. Han sido más de 12 horas de un paisaje para mi, completamente desconocido. En esta región, la carretera “Panamericana” deja de ser una señora autopista para convertirse en una carretera nacional de doble sentido con cientos de rectas inacabables…
El paisaje es completamente diferente a la Patagonia. Aquí, el color rojizo de la tierra y la ausencia total de vegetación, te recuerda que estas metido en pleno desierto. Las únicas construcciones que se ven en cientos de kilómetros son los restos de casas de adobe de antiguas minas abandonadas en medio de cualquier parte. En la costa, se encuentra Antofagasta, la ciudad que da acceso al desierto, y que es como un oasis con sus jardines, piscinas, campos de football, centros comerciales… aquí se ve que hay dinero. De vez en cuando hay algún pueblecito perdido en la nada. Lo curioso es ver mas de un cartel publicitario en medio del desierto...
Al pasar por Copiapó, y después de comentarme lo del “miniterremoto” de esta mañana, mi tercera compañera de viaje me comenta que justo detrás de una de las colinas que nos quedaba a nuestra izquierda, se encontraba la mina donde hace pocos meses consiguieron salir con vida los 33 mineros que se quedaron atrapados a finales del año pasado.
Bueno, pues aquí me encuentro, en medio de uno de los desiertos más grandes del mundo. Que pena que ya se haya acabado el Dakar, si no ya me veo animando a Carlos Sainz a su paso por algún “pueblo” cercano… “Carlos, trata de arrancarlo, trata de arrancarlo por Diooooooos!!!” (Bueno, ese sería mi hermano, que tiene un parecido más que razonable con Luis Moya, o no?)
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IMPRESIONANTE... cómo molan las fotos, no sé cuál me gusta más! Me impresiona mucho la diferencia de paisajes en un espacio tan pequeño! Han valido la pena las 23 horas del bus (aunque ya debes tener el culo cuadrado), pobres los que van en avión!
ResponderEliminarPor cierto, acabo de "googlear" imágenes de Luis Moya... jajajaaa
"Antofagasta" me parece un título soberbio para una novela. No dudes en escribirla a tu vuelta.
ResponderEliminarSaludos,
pollito
Con lo aventurero que eres tu, no me extrañaria que un año te fueras a correr el dakar!!Asi ya te conoces el desierto jejeje Cuuidate tio!
ResponderEliminarCómo se nota que esta entrada llega al facebook. Trabajadores, cumplamos nuestro cometido!
ResponderEliminarPor mi parte he ido ya a dos desiertos, el Sahara y el de Almería, y la verdad es que donde se pongan unas buenas dunas con arena y camellos que se quite todo. Impresiona. Te sientes indefenso, como estar en el medio del mar nadando.
Por cierto, el Madrid se ha metido en la final de Copa y el Rayo está en el primer puesto de segunda. El atleti...en el atleti están bien de salud.
¿Te vas de Chile sin probar el Pisco Sour? (se lee "pisco sagüer") No tienes criterio, Juan...
ResponderEliminarEspero que en Perú (si vas,que ahora mismo no lo recuerdo), puedas resarcirte de ello.
Nos vemos,
Ignacio