jueves, 3 de marzo de 2011

Nº 31: AL FINAL DEL VALLE SAGRADO DE LOS INCAS HAY UNA CIUDAD PERDIDA… MACHU PICCHU.

EL VALLE SAGRADO:



El domingo por la mañana nos recogía el transporte de la agencia para ir al valle sagrado. Allí visitaríamos los pueblos y ruinas más importantes de este enigmático valle de los Incas. Empezaríamos por pueblo de Pisac y sus ruinas en lo alto de una montaña, con las típicas terrazas de cultivo inca ( aquí llamadas "andenes") rodeando la antigua ciudad que recuerdan a la guinda del pastel de este valle, Machu Picchu.



El valle sagrado a la altura del río Urubamba en la que se encuentra el pueblo Pisac, no es más que un precioso y abierto valle con altas montañas de color verde y cultivos de maíz y patata en sus laderas. Si no fuera por la cantidad de restos arqueológicos, antiguas ciudades y templos Incas que hay en la zona, no se podría distinguir de cualquier típico valle del norte de España. Las diferencias son esas… restos incas, un rio que desciende con una fuerza y un caudal que da miedo, un tipo de maíz autóctono que es el de mayor tamaño del mundo ( y que por cierto, está riquísimo con queso fresco)y unas carreteras un poco menos “modernas”… pero la gente tanto aquí como allí es igual de encantadora. Los “pasiegos peruanos” son gente sencilla y muy cordial.



Después de Pisac visitamos la antesala de Machu picchu… Ollantaytambo. Otro gran templo Inca con las terrazas cada vez más grandes y mas verdes, y con templos cada vez más impresionantes. Parece ser que todas las ciudades Incas (por lo menos según una de las teorías que estudian esta cultura) tienen formas de animales si se divisan desde el cielo. Pero no de cualquier animal, de aquellos a los que ellos adoraban. Así pues, Cusco tiene la forma de un puma (visto desde el aire), y Ollantaytambo la forma de una llama (y esto lo hemos podido comprobar desde la ladera que se encuentra enfrente). Y es realmente curioso. ¿Qué forma tendrá Machu Picchu? No hago más que imaginarme como será…



Pues una vez llegados a Ollantayntambo, no queda otra forma que “subir” en tren a Machu Picchu. Y digo "subir" mal dicho, porque el valle sagrado se va descendiendo poco a poco hasta llegar a Machu Picchu… yo no tenía ni idea, pero es así, Machu Picchu se encuentra a poco más de 2.500 metros de altura, y Cusco, de donde partimos, está a 3.600…
Así pues, la visita al valle sagrado es el descenso por el valle del río Urubamba hasta llegar a Aguas Calientes, el último pueblo antes de Machu Picchu. Pues como decía, en Ollaytantambo solo se puede tomar un tren hasta aguas calientes, y la empresa Chilena que gestiona el tren cobra 70$ por ida y vuelta entre Ollantaytambo y Aguas Calientes… un recorrido de no más de 2 horas… tiene tela. Más la entrada a Machu Picchu y la noche en Aguas calientes… 125 € aproximadamente.



Como la última semana había estado cerrado Machu Picchu por las lluvias y además el tren no había podido circular por el desbordamiento del rio, se amontonaba un montón de gente que quería subir a la ciudad perdida. Y la única hora que quedaba libre era a las 11 de la noche. Así que cenamos el típico menú peruano (que hay que ver lo buena que está la comida peruana… riquísima!) en Ollantaytambo y a las 11 tomamos el tren para Aguas Calientes, con algún que otro susto, ya que cuando quise revisar los billetes que nos había vendido el del hostel, se había confundido de fecha… menos mal que me di cuenta a tiempo y pudimos cambiarlos. ( eso sí, con un sobrecosto del 10%, que luego nos devolvió el del hostel, por supuesto)
Total, que el día fue largo, y lo que quedaba… casi dos días sin dormir...


MACHU PICCHU:




Llegamos a las 2 de la mañana a Aguas Calientes, un pueblo sin ninguna historia que vive gracias a la ciudad perdida. Nunca olvidaré el momento en el que pasamos uno de los puentes que hay en el pueblo que cruzan el rio Urubamba ( que en este punto y en esta época del año lleva tanta fuerza que se hace ensordecedor) fue cuando vi la primera imagen nítida de lo que nos rodeaba.



En ese momento se apareció delante de nosotros bajo el resplandor de la noche una montaña enorme y altiva, con paredes verticales y que parecía que no acababa nuca… cuando me quise dar cuenta, y miré a mi alrededor, el valle que hacía unas horas era abierto y de color verde donde se respiraba paz y armonía, se había transformado en un valle cerrado rodeado de verticales y rocosas montañas entre las cuales se abría paso un mal humorado y ensordecedor río.



Como a las 3 y media de la mañana íbamos a partir hacía Machu Picchu andando desde Aguas Calientes, no reservamos habitación y nos dejaron pasar el rato sentados en unas sillas en la recepción del Hostal de un amigo del que nos vendió el billete de tren. Organizamos todo y al rato ya estábamos Stefan y yo andando por el pueblo dirección Machu Picchu, según las escuetas indicaciones que nos habían dado…
Nos dijeron que había que seguir el rio y llegar a un puente y luego subir por un camino que se asemeja al famoso camino Inca, aunque de Inca creo que tiene poco, pero es realmente bonito.



Por su parte, Fede y Diego (los argentinos) se quedaban en el Hostel porque habían tenido problemas con la entada para estudiantes, y debian presentar más papeles, asi que nos veríamos en Machu Picchu por la mañana.
Así que fuimos andando bajo la noche, solos, Stefan y yo, con una linterna atravesando el bosque que hay a la salida de Aguas Calientes por el camino que nos habían dicho. También nos dijeron que iba a estar a tope de gente el camino… y allí no había nadie, solo nosotros y el furioso rio a nuestra izquierda… la verdad es que impresiona andar por su orilla a esas horas en la oscuridad. Desde luego creo que yo solo no lo hubiera hecho.
Llegamos al puente, y por fin vemos a alguien, el de la garita nos dice que no abren hasta las 5 de la mañana, ¿pero si son las 3 y 45?… nadie nos había dicho que se abría a esa hora, al revés, nos dijeron que a las 2 ya estaba abierto…
Encima a las 5 y media salen los primeros buses y solo las 400 primeras personas que lleguen a la entrada tienen pase para subir a huyna Picchu, la famosa montaña que está justo detrás del Machu picchu…



Por fin empieza a aparecer gente, y cuando ya somos unos cuantos, casi a las 5 de la mañana, abren el puente. La verdad es que merece la pena subir andando el Machu Picchu, la ruta es preciosa y no es muy muy dura, y si encima te hace buen tiempo o por lo menos no llueve y puedes ver el amanecer según subes las empinadas escaleras “Incas” y puedes oír a los animales en el silencio de la noche e intuir la silueta del Huayna Picchu delante de ti… desde luego es para no dudar, merece la pena llegar andando al Machu Picchu!!!.
Cuando me quise dar cuenta estaba solo subiendo, Stefan se había quedado hablando con una argentina, y yo tiré para adelante, y me encontré con que era la primera linterna que alumbraba en el camino…



Estaba allí, subiendo al Machu Picchu solo, disfrutando de la subida, grabando con la cámara el amanecer y las vistas de ese impresionante valle cerrado con aquel rio que todavía se podía oír desde tan arriba y donde las primeras ruinas ya se intuían en la noche. Al poco rato ya no hacía falta linterna y se vislumbraba perfectamente la figura del Huayna Picchu. La humedad en este valle con tanta niebla, hizo que llegara completamente calado. Unos americanos que subían después de mi, iban dando gritos y cantando… así que me espere y les dejé pasar, quería disfrutar tranquilamente de la subida. Cuando llegamos arriba yo cogí el número 5 para el Huayna Picchu. Al rato llego Stefan, y cuando abrieron las puertas del Machu Picchu a las 6 de la mañana, no se como fue, pero me encontré entrando el primero en las ruinas. Nunca olvidaré la primera imagen que tuve del Machu Picchu, me pareció gigantesco, nunca me imaginé que fuera a ser así. Y sobretodo, yo pensaba que el Machu Picchu era "plano", y que va, está en "3D". Las construcciones que quedan son enormes, sobretodo el observatorio astrológico, que es una enorme montaña de terrazas de cultivo que se ve desde cualquier punto.



Lo primero que hice fue subirme a la caseta del guardián de la piedra funeraria, donde se toma la típica foto de Machu Picchu con el huayna Picchu al fondo… y allí lo tenía delante de mí, por fin había llegado el momento!!!
El Machu Picchu se dejaba ver solo por unos instantes ya que su famosa niebla lo envolvía casi en su totalidad, y es lo que me pasó a primeras horas de la mañana.
Es muy curioso como la niebla viene y se va a cada rato. Sube desde el rio y va tapandolo poco a poco. Le da un toque enigmático y misterioso. De vez en cuando te deja ver algo de la ciudad, o al rato de despeja el Huanya Pichu y al minuto se tapa todo…



Otra cosa que me ha sorprendido es el sitio en el que se encuentra. Está literalmente colgado de la montaña. Sobre todo el lado oeste, donde el acantilado es espectacular, y parece mentira que hayan sido capaces de construir esas terrazas de cultivo en ese lugar.
Me pasé allí arriba más de una hora contemplándolo, sacando fotos cuando la niebla me dejaba. Después llegó Stefan y nos adentramos en la ciudad perdida. Visitamos el templo del sol, el templo del cóndor, el templo de las tres puertas, la piedra sagrada… y a las 10 de la mañana subíamos el Huayna Picchu.



Y como no, esta vez también subí solo… ahora Stefan se quedó hablando con una brasileña…
En ese momento, el cielo se abrió y el sol salió para no irse hasta las 2 de la tarde… las vistas desde el Huayna Picchu son sencillamente espectaculares… y sí, el machu Picchu también tiene forma de animal, en este caso de Cóndor, aunque yo no lo ví claro…
Habré hecho más de 300 fotos. El Machu Picchu no me ha defraudado, es INCREIBLE.
Ya estoy deseando volver otra vez para verlo de nuevo.
Eb total estuvimos dentro mas de 8 horas, y a los cuatro nos enamoró desde el primer momento en el que entramos.



Como me hubiera gustado que mi abuelo Baltasar lo hubiera podido ver en persona. Como comenté en la anterior entrada, era uno de sus sueños, poder visitarlo, y mira por donde yo he tenido la gran suerte de realizarlo en su nombre.
Ahora entiendo porque sentía aquello por Machu Picchu, y me da muchísima pena que no hubiera podido visitarlo en vida. Aunque yo no las tengo, si sus fuertes convicciones religiosas se hicieron realidad, desde luego lo habrá podido ver desde allí arriba, porque el Machu Picchu está en lo alto de una increíble montaña y cuando las nubes se van y la niebla lo permite, puede que desde allí arriba mi abuelo vea la ciudad perdida..
Quien sabe si ayer la visitó conmigo...

3 comentarios:

  1. JUAN-CHO! Es una pasada verlo en fotos, no me puedo imaginar lo que debe ser ir allí y meterse en las ruinas, verlo todo desde lejos, debe ser increíble!! lo has transmitido muy bien; me sorprendes con cada blog.
    Mola mucho la foto de la llama (la que llama, jajaja el hipopótamo que hipotálamo) lo siento, no lo he podido evitar!!

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  2. Juancho! estuve esperando con ansias esta próxima entrada! no puedo evitar llenarme de emoción, es algo q nunca había sentido. Lo que es estar lejos de mi tierra... y bueno, no dejo de imaginarme el día que pueda volver a ese sitio de la mano de Miguel... me muero de ganas!!! en fin... q bueno q te guste la comida... yo eso, aparte de Bola, mi perra, es lo que más echo de menos... y eso q solo has probado la comida de la sierra, te falta la de la costa, la de la selva... uffff... rico!!! el choclito (maiz) con queso es lo máximo!!! yo kieroooooo!!!! jejeje... pues nada... voy a enviarte un email... mis padres ya están avisados de tu proxima llegada y la señora Elsa seguro te llenará de besos por el álbum de la boda tan lindo q nos hiciste (ella tiene una copia, la cual lleva a todos lados, jiji) pues nada... lo dicho... un abrazo enorme! y de encargo para mis padres... un abrazo gigantesco y un cariñito para Bola, q seguro la conocerás! q guay!

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  3. IMPRESIONANTE...UN LUGAR MAGICO

    Un abrazo

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